de vagabundos y vividores están llenos los caminos.
Claro que algunos lo disimulan tan bien, que es fácil confundirse. Incluso los oirás tildar de "vagabundo" a quien se cruce en su ruta, y señalar con el dedo acusador, con aire indignado e investidos de gran autoridad. Pero, si sabes escuchar, y sobre todo, hacerle caso a tu corazón, sabrás encontrar la diferencia, y tomar distancia. Y bueno, al final de cuentas, no importa si caíste en el engaño, y si quisiste creer, siempre hay tiempo para rectificar.
miércoles, 17 de octubre de 2007
lunes, 27 de agosto de 2007
Terremoto
Terremoto es una palabra que hace años no se escuchaba, y de pronto, zas! se nos estampó en la cara (y también en el pecho) como una bofetada, y desde entonces no se va.
Ese miércoles estábamos en Máncora. Bañandome con desgano, un poco enfurruñada, por algún lío "doméstico". Y desde la ducha escuché el jaleo por la tele. Más tarde, ya frente al televisor, viendo los primeros reportes, aunque no dejó de sorprender el 7 punto y algo, por lo alto, nada nos hacía presagiar la magnitud de la tragedia. Todo indicaba que no pasaría de un gran susto. Celular en mano, empezamos a marcarle a amigos y parientes de Lima, Chimbote y alrededores, y para variar no pasaba nada con la Teléfonica. Pero claro, si con las justas funciona en situaciones "normales" que podemos esperar cuando hay un terremoto.
Un par de horas después, recién empezamos a avizorar los primeros pincelezos del desastre. Veinte muertos. A la medianoche, se hablaba de 300, y a la mañana siguiente, 500. Y numeros por aquí, escalas por alla, que si fueron 2 minutos, o 3. Pero más allá de cifras, supongo que el desaliento, la impotencia y el dolor al ver de golpe las escenas sin editar, no ha habido quien pueda medirlos.
Ese miércoles estábamos en Máncora. Bañandome con desgano, un poco enfurruñada, por algún lío "doméstico". Y desde la ducha escuché el jaleo por la tele. Más tarde, ya frente al televisor, viendo los primeros reportes, aunque no dejó de sorprender el 7 punto y algo, por lo alto, nada nos hacía presagiar la magnitud de la tragedia. Todo indicaba que no pasaría de un gran susto. Celular en mano, empezamos a marcarle a amigos y parientes de Lima, Chimbote y alrededores, y para variar no pasaba nada con la Teléfonica. Pero claro, si con las justas funciona en situaciones "normales" que podemos esperar cuando hay un terremoto.
Un par de horas después, recién empezamos a avizorar los primeros pincelezos del desastre. Veinte muertos. A la medianoche, se hablaba de 300, y a la mañana siguiente, 500. Y numeros por aquí, escalas por alla, que si fueron 2 minutos, o 3. Pero más allá de cifras, supongo que el desaliento, la impotencia y el dolor al ver de golpe las escenas sin editar, no ha habido quien pueda medirlos.
Neruda
Con Neruda me pasa lo que con la música, parece que siempre hay algo escrito que puede ser el complemento perfecto de un momento preciso de mi vida. los amores, los desamores, las decepciones, los amigos, el mar, la pasión, el amor por la tierra, los caminos, las luchas, las confusiones, la tristeza, las nostalgias.
No puedo comenzar sin compartir el poema del que "tome prestado" el titulo de este espacio.
SABRÁS QUE NO TE AMO Y QUE TE AMO
Sabrás que no te amo y que te amo puesto que de dos modos es la vida, la palabra es un ala del silencio, el fuego tiene una mitad de frío.
Yo te amo para comenzar a amarte, para recomenzar el infinito y para no dejar de amarte nunca:por eso no te amo todavía.
Te amo y no te amo como si tuviera en mis manos las llaves de la dicha y un incierto destino desdichado.
Mi amor tiene dos vidas para amarte. Por eso te amo cuando no te amo y por eso te amo cuando te amo.
Pablo Neruda
No puedo comenzar sin compartir el poema del que "tome prestado" el titulo de este espacio.
SABRÁS QUE NO TE AMO Y QUE TE AMO
Sabrás que no te amo y que te amo puesto que de dos modos es la vida, la palabra es un ala del silencio, el fuego tiene una mitad de frío.
Yo te amo para comenzar a amarte, para recomenzar el infinito y para no dejar de amarte nunca:por eso no te amo todavía.
Te amo y no te amo como si tuviera en mis manos las llaves de la dicha y un incierto destino desdichado.
Mi amor tiene dos vidas para amarte. Por eso te amo cuando no te amo y por eso te amo cuando te amo.
Pablo Neruda
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